“La Enfermedad no es mala, solo avisa de que te estás equivocando de camino.”
Existe la tendencia de algunas personas a manifestar el malestar psicológico en forma de síntomas físicos. Estos individuos experimentan dolores de espalda, de cabeza, entumecimiento de algún área corporal, colon irritable e incluso cáncer, y al momento de ser evaluado por un médico no existe una causa física específica.
Es entonces cuando se puede intuir la existencia de un conflicto mental que, al no ser resuelto, se expresa en el cuerpo.
Es una respuesta mucho más habitual de lo que pensamos, todos nosotros hemos somatizado alguna vez en nuestra vida o lo hemos visto en otras personas; desde no poder conciliar el sueño, hasta que nos aparezcan ronchas en la piel debido a una situación de nerviosismo.
La gravedad de la psicomatización viene cuando el problema psicológico (la ansiedad, el estrés o el miedo) se centra constantemente en un mismo órgano, produciendo un deterioro del mismo.
Pero… ¿Por qué sucede?
Todo esto se produce como un mecanismo de defensa psicológico.
El cerebro humano busca reducir el dolor y el conflicto emocional que nos produce muchas situaciones que no controlamos. Redirige nuestra atención hacia los síntomas físicos, alertando de que algo está sucediendo.
El cuerpo manifiesta lo que en nuestro interior está sucediendo, y existen enfermedades acordes a cada mecanismo de defensa: las personas rígidas tienen problemas con la artritis, el estreñimiento, alergias, cefaleas, dolores de espalda. Las personas con mucha rabia, aquellas que tienden a reprimirse, tienen problemas de mandíbula, úlceras, hipocondría. Las personas que tienden a volcar todo hacia fuera y no mirar que es lo que les sucede dentro, pueden padecer de faringitis, bronquitis, es decir, su problema de expresión les repercute en la garganta.
Es importante entender que este síndrome tiende a presentarse más de una vez y que se puede identificar cuando vamos reiteradamente al médico sin que pueda encontrar una causa a nuestro malestar, resultando ser, la mayoría de las veces, un factor psicológico lo que está afectando nuestra salud.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Todas las técnicas que se puedan aconsejar para evitar la psicomatización, están relacionadas con el reconocimiento, manejo y expresión adecuada de las emociones.
Nuestro bienestar dependerá de entender qué es lo que nuestro cuerpo nos quiere decir, saber qué es lo que quiere y de qué nos está avisando.
Hay señales que son claves para saber si tienen un origen emocional; Los síntomas aparecen y desaparecen sin motivo, pero las molestias comenzaron coincidiendo con algún acontecimiento que te afectó el estado de ánimo especialmente.
Son variados y no tienen ningún nexo que les una, como por ejemplo: dolor de estómago, vómitos, dolor de espalda, mareos, etc
El malestar que padeces se agrava dependiendo de tu nivel de ansiedad o de estrés. No te duele siempre con la misma intensidad ya que lo sientes de diferente manera dependiendo dónde y cómo te encuentres: trabajando, en casa, con gente…etc.
En el caso de ser una sintomatología muy fuerte, es aconsejable recurrir a un psicólogo para que ayude a descubrir la causa de la psicomatización y generar soluciones en conjunto. Mientras tanto, una buena opción es empezar a escucharnos, prestar atención a lo que sentimos y lo que nos producen situaciones de diferente carácter emocional. De esta manera podremos identificar las emociones que nos surgen en cada situación, y en lugar de bloquearlas, las trabajaremos y aceptaremos como parte de un proceso normal.